Hasta 1950 la radio fue el medio masivo de comunicación más prestigioso, tanto para el público como para los anunciantes. Sin embargo, el advenimiento de la televisión hizo que la radio experimente cambios bruscos para poder adaptarse a la modernidad.
Así es como la radio todavía es fuente de compañía para muchos oyentes, porque si bien la gente se entretiene con la televisión, encuentra un amigo, un interlocutor válido en la intimidad de la radio, cuya magia crea un clima único, que otro medio nunca pudo lograr.
Por eso se mantiene intacto el encanto de la radio, que a través de un mensaje claro y amistoso la marca puede posicionarse en el mercado con un alto grado de efectividad y un costo relativamente bajo.